miércoles, 25 de mayo de 2011

EL FASCISMO EN ITALIA

Italia, tras permanecer en un primer momento neutral durante la I Guerra Mundial, decidirá una vez iniciado el conflicto, entrar a luchar contra Alemania y el Imperio Austrohúngaro (perdedores de la guerra) tras barajar las promesas realizadas por Francia y Gran Bretaña, respecto a la ocupación de ciertos territorios donde vivía población de origen italiano (Istria, Dalmacia y Fiume).
El final de la guerra supuso una gran decepción, ya que los aliados no cumplen sus promesas y los territorios que quería ocupar Italia no se les conceden. De este modo comienza a aparecer un sentimiento de engaño y decepción, al que se le suma la inestabilidad política (5 gobiernos diferentes se suceden en tan sólo tres años).
Además, durante la I Guerra Mundial la economía, que se había orientado exclusivamente hacia la producción de armamento, debe reorientarse hacia la producción habitual y la reconversión en industria productiva es traumática ya que exige el cierre de muchas fábricas y el despido de obreros, esto generará malestar social y reactivará la lucha obrera.
En esta situación de crisis y de inestabilidad social (huelgas, manifestaciones, ocupaciones de las tierras de los grandes propietarios por parte de los campesinos, etc.) aparece la figura de Benito Mussolini, quien creó grupos paramilitares con los que pretendía frenar el movimiento obrero por medio de la violencia, los llamados "Fasci de Combate" o "camisas negras".



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